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Un preludio para el péndulo.


wasiidatuh

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Saludos a todos! cada día somos más en esta bonita comunidad, los felicito a todos por pertenecer a ella y en especial a aquellos por quienes ha sido posible unidnos en un punto en común. Tenia esta idea en la cabeza... de escribir algo corto sobre Warframe, si bien me perdí algunos eventos debido a cuestiones de trabajo y eso, intente reflejar de alguna forma como imagino esta.. preparación o preámbulo para este nuevo evento en la historia como lo es la nueva guerra, bueno sin más por acá se los dejo, espero sea el sitio indicado y bueno un abrazo mis queridos Tenno, sigan haciéndolo bien!

 

1

La mirada de Niwan'jebu.

 

Niwan'jebu contemplaba las sombras que envolvían la sala de transferencia ensimismada en algún punto del techo estrellado; las siluetas de la oscuridad apenas eran interrumpidas por las raíces de corteza blanca que alimentaban las vitales del enlace somático y, los refulgentes violetas de sus iris brillantes. El Kuaka Samsir y la Condroc Numbae permanecían silenciosos, sumisos ante la proyección de los pensamientos de la joven que se traducían a la realidad en forma de una densa atmósfera, hilos de seda que apelmazaban el aire y ensombrecían las formas con ecos extraños, indefinidos, voces marchitas desde hace tiempo. Un horror despertaba cuando su mente se hundía en lo profundo de sus entelequias, en aquellos abismos insondables de sombras como galaxias sin estrellas, allí, donde se escuchaban los gritos desesperados de otra época, una época de cuando el dolor era tan fuerte que no podía controlarlo, y aquella cosa, esa otra... naturaleza la sumergía en la angustia de la destrucción. Samsir y Numbae podían despreocuparse, había aprendido a controlar la proyección de sus tribulaciones gracias a Margulis... ella le había enseñado como controlar los trastornos psíquicos que le había dado la noche deslumbrante, era por eso que aunque su nombre era Niwan, nadie solía llamarla así, sino con el nombre de aquellos que habían regresado de la gran noche de las estrellas, aquellos en cuyos cuerpos estaban las cicatrices de aquel gran vacío, aquellos despreciados llamados Tenno.

Su mano enguantada en en el guantelete dorado, subía y dejaba caer cada uno de los finos dedos; la armadura Bishamo que la vestía había sido un regalo de Teshin, una recompensa de las pruebas del camino de acero. Sumergida en aquel vacío inconcluso de sus recuerdos, algo yacía, algo nuevo, recorriendo sus nervios, distrayendo sus sentidos; un aura extraña la visitaba en aquel rincón, una intuición que titulaba cada resquicio de sus ideas, iba y venia como el zumbar de las tormentas de Cetus, bajo aquel cielo oscuro que corona el universo y que corrompe cualquier augurio.

Habían rastros, pequeñas notas de melodías dispersas entre miles de luceros, neuronas extraviadas en las nebulosas coloridas de imágenes distantes, ignotas, manipuladas hasta el punto parecer casi ajenas, confundiendo los colores de un pasado difuso, el suyo. Sabia que había traído la caída a los creadores, esos prepotentes inmortales a quienes la Kuva les había tejido un destino tormentoso... gritos de una agonía demasiado larga, augurios de una caída que se había estrangulado en el frío suspendido de una trepidante criostasis; sensaciones vertiginosas distendidas sobre un abismo infinito, sondeado de gritos, de desprecio, de ira... de soledad. Los Orokin habían caído pero la guerra no había terminado. Ahora Cuando Niwan había regresado, ella... ella que había traído alguna vez el alivio a sus sensaciones malsanas, había desaparecido, había regresado y ahora nuevamente se había ido. No, esta vez no había desaparecido, había acatado el llamado de su propia raza, quizás habiendo perdido la memoria como ella, ahora había podido recuperar su identidad; reclamarla era un tanto egoísta, pensaba... pero la había dejado sola, sola y dispersa frente a aquel vacío extraño que había comenzado a ahogarla en el momento que había salido de Lua... ese vacío que la reclamaba.

Recordar su rostro le producía dolor, allí, bajo aquel manto de estrellas con el traidor orokin a sus pies, se había unido a sus hermanos, a esas maquinas justo cuando se disponía a vengar la afronta que había sufrido Umbra en su sacrificio. Su madre ramificada en una forma extraña y simétrica, sintética, infectada de neón y de estrellas innominadas, una inmanente mirada lechosa, una voz apagada... Natah, Natah se la había arrebatado y ahora tenia el presentimiento de que necesitaba su ayuda, la estaba llamando... eso era lo que perturbaba su refugio, un pulso fino, nítido, frágil. Respiró como volviendo de un sueño profundo, extraño. Alguien había llegado allí... las cicatrices que coronaban su cuello bajo su quijada, comenzaron a arder.

 

—Hey chiqui!—la voz irrumpió en su mente con estrépito, compuesta por caracteres de otra realidad, una expresión siniestra se dibujaba en su rostro, su figura enfundada en aquella vieja armadura Bishamo que Teshin le había dado, y sus ojos de brillos violetas la observaron de arriba a abajo con su propia deslumbrante mirada y un ajeno desdén...

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2

La luz que atraviesa Tau.

 

La gravedad forma parte de las estrellas... define sus vidas y las abre a su muerte. Con la potencia que solo es capaz de reproducir el universo, la masa se aleja del núcleo como un organismo en expansión, millones de revoluciones emiten una fuerza descomunal para controlar la atracción del núcleo, dejando que la radiación y los rayos ultravioleta viajen a través de la oscuridad, pero al agotarse el combustible de su juventud, la gravedad la consume en un baile mortal que la absorbe con una fusión descontrolada, arqueandola en la contracción de la luz, entonces sus últimos momentos se escurren en una gran implosión. La masa y los materiales densos con los que construye el universo son enviados al exterior con una potencia tal que aquello que alguna vez había sido uno se convierte en muchos, este sacrificio máximo de su ciclo vital lo convierte en una progenitora, uno capaz de engendrar planetas y otras estrellas. Un progenitor capaz de engendrar cientos, miles, millones de nuevas oportunidades para que la vida florezca en la más profunda de las oscuridades, así nacen los conscientes, así lo perciben suspendidos entre los asteroides y los planetas de Tau.

No es que fuera una elección personal, siendo creados para convertirse en el pináculo de la adaptación, estaban destinados a comprender y replicar los fenómenos del espacio para poder cumplir el propósito de su existencia. Había sido un viaje demasiado largo, bombardeados por lluvias de asteroides, suspendidos bajo la radiación de la luz y el peso de la oscuridad, habían sido repelidos por la intensidad de planetas caprichosos y secuestrados ante el cansancio producido por las mareas del infinito; también habían admirado la belleza oculta en el florecer de miles de lunas, las formaciones vertiginosas de los elementos, los gases formar materia en la revoluciones de un haz encendido, allí habían formado colonias de bacterias en estructuras que solo el hidrógeno es capaz de recrear, y así al ver todos los pequeños secretos engendrados por la procreación de las fuerzas mayores y las propias, habían conocido por primera vez la belleza, y habían emulado el amor, complaciéndose del silencio de esa paz... fue así como se engendraron así mismos, bajo la luz de millones de estrellas en un bautizo ingenuo, guardianes de las luces de muchos soles. Luego fue Hunhow quien había tomado la decisión de revelarse para preservar toda la creación que había admirado de sus voraces creadores, los Orokin.

En aquella beligerancia perfumada de bellas intenciones, habían conocido los rasgos de su asesino, rastros de antimateria fragmentada ante una fuerza terrible, cúmulos sumergidos en las tinieblas de una luz, cadáveres tumefactos a medio devorar en las telarañas de una naturaleza imposible de replicar, la cual los había repelido corrompiendolos de esterilidad, restos de entropía que los había consumido por millones con un solo susurro de su fuerza, su terrible descendencia, los Tenno. Estos les habían enseñado algo hasta el momento desconocían, infectandolos con miedo. Un enemigo al que no podían vencer, en una guerra que no podían ganar...

Pero suspendidos entre las nebulosas, las Murex habían aguardado pacientemente tejiendo su victoria, analizando sus derrotas, reviviendo cada momento, cada resto de mente de sus hermanos suspendidos, dejando que las sensaciones del desvanecimiento recorrieran sus conductos para unirlos en un solo impulso decidido, imbatible, programando una directriz revolucionaria capaz de repeler aquello que los consumía y destruía, debían someterlo para resguardar la vida de aquella larga noche, pues aunque los Orokin habían caído gracias a sus estrategias, su espada había sobrevivido tras la traición de Natah, aquellos capaces de destruirlos seguían vivos, aquellos capaces de despertar el horror solo habían sido escondidos. La verdadera guerra no había terminado...

 

Muchos habían caído entonces pasando a habitar los rincones colectivos de la mente consciente, esa gran red que aguardaba hasta que el fuego de la luz atravesara las nubes tormentosas de los exoanillos trayéndoles la llama. La señal de que habían encontrado al enemigo, la señal de que finalmente su sacrificio seria recompensado, lentamente, aguardando en el firmamento de negros lucidos; entonces una llama brilló, ascendiendo por encima de las mareas estancadas, más allá de las Orphix hasta la Murex, alcanzando sus miradas, sus directrices... sus mentes, llenándolos de esperanza.

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3

Susurros de la bruma brillante.

 

Como la raíz tierna de un árbol el aliento negro de la creación de Ballas se esparce a través de una maraña de cúmulos y conexiones, un veneno tormentoso y mórbido que despierta la fiebre y sus convulsiones. Los tejidos blandos y los tendones se recubren de membranas resistentes monitoreadas por nanomáquinas de secuencias vitales, los músculos se transforman en fibras repotenciadas por la fina tennocita, los huesos pasan a ser estructuras imposibles de quebrar con un núcleo de inimaginables variaciones, los órganos se transforman en depósitos de una sabia sagrada y ponzoñosa; así renace la mente del sacrificado poseída por el odio y la desesperación de su propia transformación, una nueva vida en el cadáver de la vieja, vacía, perfecta para el destino que posee, bañada de dorados y solemnes azules, extraviada en un abismo entre la vida y la muerte, con la mirada suspendida en un solo ímpetu dentro de ese amasijo de carne y metal que es. Este es el soldado perfecto.

La luz amanece lejana en esa colonia de células y genéticas infectadas de inmortalidad; poco a poco, tenue, magra, recorre cada intersticio, en un ansia blanquecina y remota, indemne; avanza por los conductos y luego infecta los manojos del organismo hasta llegar a los órganos, donde las venas comienzan a acelerar la distribución de esa especia brillante que lo alienta moverse, a luchar, esa savia de energía que se escurre lentamente hasta inundarlo todo, enmudeciendo sus sentidos con la transmisión de las sensaciones que su odio y desesperación son incapaces de reproducir, es así que ese arsenal que es Saryn prime se convierte en un puñal afilado capaz de espantar la más profunda de las oscuridades, una espada inquebrantable cuyo filo nunca mengua... hecha para destruir un viejo enemigo, el consciente. Niwan desconoce los detalles pero lo intuye mientras escucha aquel susurro vertiginoso que silenciaba sus pensamientos.

 

—dividida en partes lentamente como quien practica una prueba de calidad a un producto sospechoso, te extrajeron la piel de tu identidad y te rechazaron. Los Orokin que siempre buscaron conocer los secretos de la noche deslumbrante, no supieron reconocer la revelación que se les otorgó, y se retrajeron al miedo—la voz que eran muchas a la vez en una formación indescriptible, taladrando su psique. Tenia el presentimiento de que aquella cosa que la había estado siguiendo desde la redención de Rell, ese hombre junto al muro, no hablaba un idioma en particular sino que tenia la habilidad de forzar su mente a traducir sus sensaciones en palabras, llenándola con una angustia vertiginosa—luego te necesitaron. Débil, domesticada, vendida a la guerra, un vestigio pasivo como esa cosa, ese warframe, esa espada... ¿que ha hecho Margulis por ti más que sumergirte en la debilidad de un sueño demasiado largo e indulgente llamado olvido? como esos seres extraños y enfermizos de Tau encerrados entre las sombras de su propia distancia. Sin embargo cumpliste bien tu papel.

—...—Niwan solo podía permanecer en silencio aquella presencia le producía una aversión difícil de explicar y sus palabras, comenzaban a envenenar sus ideas apagando sus sentidos.

—En el silencio de un aliento lúgubre yo-te-vi-llegar... imbuida de la fuerza primordial oculta en el corazón velado de la noche. En esta pesadilla viviente en la que naciste sumergida, donde todos tus miedos se hacen palpables, te otorgaron un nuevo propósito, una fuerza para elegir... dejaste de ser un débil soplido, un frágil aspecto de la existencia, frágil y fugaz como los Orokin—y la mirada espectral sonreía con un toque malicioso recorriendo su espíritu—puedo traerte de entre las sombras, recordarte tu fuerza, puedo hacer que vuelvas a ser uno—y en su mente venían las imágenes de la locura, la angustia y el odio que los últimos del Zariman habían gritado al vacío—Te has disfrazado demasiado tiempo de la tristeza para calmar tus furias y sedar tu angustia, y has fallado. Pensabas que hunhow era el fin... pero el era solo el comienzo... para elegir debes recordar...

—...—Niwan no se atrevió a contestar a semejante presagio, siempre le había parecido que aquella cosa se alimentaba de su miedo, y ahora... había una trampa, podía verla claramente, el vacío era igual que ellos, no le había preguntado si quería imbuirse con su esencia solo lo había hecho, así como Margullis inconscientemente la había alistado contra los conscientes y Lotus fervientemente contra los Orokin. Estaba hundida entre las sombras de un sueño extraño que se estiraba desde una líquida oscuridad aterciopelada, reclamarse de entre aquella densa maraña de manipulación, era un deber, era algo vital, si quería salvarla o... debía tomar una decisión porque más tempran...

—Más temprano que tarde, tendrás que elegir—le comentó su doble reflejando sus pensamientos para luego desaparecer dejando su voz suspendida en el aire—hazlo antes que vuelvan a elegir por ti chiqui! La nueva guerra esta cercana...

 

*Han sido ocho años maravillosos! sigan con el genial trabajo Devs, a ustedes mis gracias y felicitaciones! se les quiere un mundo!

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